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Better Call Saul 4×10: “Winner”

La transformación ha terminado. El cambio de Jimmy a Saul Goodman finalizó su arco en este episodio.
Better Call Saul 4×10: “Winner”
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El ganador lo toma todo… ¿Qué significa todo? ¿qué significa ganar?

En un cierre definitivamente intenso y de desarrollo meticuloso de personajes, Better Call Saul nos entregó un final de temporada digno a su estilo: a fuego lento, pero muy emotivo.

Quizás hizo falta una gran explosión (por decirlo de una forma) para generar un balance, pero no se le puede exigir eso cuando la tónica ocupada en sus episodios es el de ir poco a poco mostrando transformaciones. Son seres humanos en un mundo tóxico y propenso a volcarse al lado oscuro, aunque algunos tengan buenas intenciones.

Jimmy McGill es un hombre que quiso superarse a sí mismo, pero sobre todo superar a su hermano Chuck. Toda la vida lo miró con admiración pero también con celos. Al estudiar derecho quería escapar de la figura de “Slipping Jimmy“, dejar de ser el estafador del barrio, ser alguien que su hermano pudiera admirar.

Y lo logró por un tiempo, hasta que volvió a encontrar las ventajas de tomar el camino corto, o “atajos”, a como los describe él mismo.

Hermandad

El episodio “Winner” comienza con un flashback que a cualquiera le pudo hacer un nudo en la garganta. La imagen es de Jimmy obteniendo su licencia de abogado, apoyado por Chuck. Para celebrar la ocasión todo el equipo de abogados, incluyendo Kim, van a un karaoke.

Jimmy se suelta con su empatía natural y canta el tema de ABBA “The Winner Takes It All” (El ganador lo toma todo), ¿Qué significa todo? ¿qué significa ganar?.  En ese momento para Jimmy quizás era obtener reconocimientos lícitos, pero eso cambiaría a como todos sabemos.

Llega un momento en que invita a Chuck al escenario, quien primero se mira modesto y tímido. Ya arriba y cantando a dueto con Jimmy, lo supera con creces y roba el show, desplazando -a como lo fue en toda la vida- a su hermano menor. Eso sí, el momento de alegría real entre ellos provoca una nostalgia de un tiempo en que las cosas pudieron ser mejores.

Posteriormente vemos a Chuck llevar a Jimmy hasta la cama tambaleando por la ingesta de alcohol, ahí comparten otro momento íntimo y vuelven a tararear esas frases de la canción, entre la diferencia de ganadores y perdedores. Una genialidad de guión al máximo nivel.

Fingiendo luto

Llegando al presente nos muestran a Jimmy en la tumba de Chuck. Ya se cumplió un año de la muerte y la visita es un set preparado por Kim para ayudarlo a apelar el fallo del comité de abogados que le negó su licencia. La idea es que colegas de Chuck lo vean dolido por la muerte de su hermano (lo que hizo falta en la audiencia anterior y por lo que le negaron el permiso).

Para hacer más creíble el montaje dramático, Jimmy tuvo que pagar 23 mil dólares para que una sala de lectura de una biblioteca le pusieran el nombre de Chuck. Al evento llegan más colegas importantes y la intención es que todo eso sirva para que en el boca a boca los miembros del comité se convenzan que a él le afectó mucho la muerte del hermano.

Dolor de Mike

Antes del desenlace, tenemos que ir a la parte más movida del episodio en cuanto a acción. Mike le toca la tarea de rastrear a Werner, el alemán que escapó del laboratorio. Tras una búsqueda que lo lleva a un local de transferencia de dinero, se dirige a donde es lo más probable que esté escondido el ingeniero, pero para su malestar es seguido por Lalo.

Definitivamente que este Salamanca es mucho más astuto que otros, de esos que huelen cuando algo no anda bien y de lejos. Sospecha rápidamente de Mike al espiarlo y ver cómo se muestra nervioso mientras da direcciones a sus hombres. Es así que comienza una persecución muy bien hecha, donde Mike logra zafarse al usar una técnica sencilla pero efectiva.

Usa goma de mascar en vez de la pistola, la decisión sana y sin ningún muerto. Lastimosamente más adelante no podrá decidir por su cuenta.

Eventualmente logra dar con Werner en un hotel. Ahí éste recibe una llamada y es de Lalo, quien finge trabajar para Mike para extraer información. El ingenuo alemán brinda un poco de la misma hasta que llega Mike a confrontarlo… El problema de Lalo seguramente será uno intenso que deberán solucionar en la 5ta temporada.

Jalar el gatillo

Pasan las horas y cae la noche, momento en que Mike se lleva a Werner a un terreno vacío bajo el manto estelar. Intenta persuadir a Gus de que hay una “mejor manera” para componer lo ocurrido, pero Fring no entiende de términos medios. De forma tácita le indica que debe hacer lo que debe hacer. Ahí vemos, a como muy pocas veces ocurre, que Mike tiene sentimientos encontrados.

Werner era su amigo, por casi un año trató con él día a día. Era buen trabajador, honesto, pero cometió un error muy tonto por no considerar quiénes eran sus empleadores. Ahora a Mike le toca asesinar a un amigo que debe despedirse de su esposa por teléfono -para salvarla- ya que era otra objetivo de Gus para evitar cabos sueltos.

La escena es dramática, Werner es inocente en muchas cosas, pero no es cualquier idiota. Sabe que Mike debe cumplir con su misión, por lo que se lo facilita y le dice: “Veré las estrellas de Nuevo México por allá”. Lo está liberando de tener que dispararle de frente… A pesar de todo, tiene nobleza y respeto por Michael, a como él con cariño lo llamaba. ¡Bang!

Consejero

Volvemos a nuestro querido, pero más cerca de ser odiado, protagonista. En una junta de HHM para decidir por becas a estudiantes aspirantes al derecho, Jimmy elige a la “menos aplicable”. La chica es una que quedó marcada por haber robado en una tienda, un error que la mancha de por vida.

Para el menor de los McGill esto le penetra mucho en su interior, en su pasado, en su personalidad. Es el único que vota por ella para la beca, pero obviamente no logra que la acepten. Luego la intercepta camino a casa y le da lo que él percibe como una lección de vida.

Parafraseando un poco, le expresa que no se deje derrotar por el rechazo recibido, que ella puede ser mejor que cualquiera de ellos de “allá arriba”. Ahí le repite la frase de que el “ganador lo consigue todo“, sin importar si toma atajos, si lo hace a su manera, si lo hace distinto a lo que dictan las reglas.

Es como que se habla a él mismo, convenciéndose de que lo que ha hecho con su vida es justificado. Curioso el contraste con otra escena donde se ataca en llanto cuando está solo en su carro. Lágrimas de dolor por su hermano, de frustración, de indecisión… Parece una mezcla de todo.

Saul Goodman

Llegamos al punto final en que nuevamente hay audiencia para evaluar a Jimmy, para ver si amerita ser abogado de nuevo. Previamente se le había ocurrido leer la carta que le dejó Chuck (que si es la verdadera o Kim la cambió, todavía no se sabe).

Al estar en el estrado la empieza a leer pero no causa la impresión deseada, por lo que improvisa (tan experto él). Habla de cómo su hermano siempre lo amó por el lazo familiar pero no como abogado. Elogia a Chuck por ser un excelente profesional del derecho, algo que él jamás llegará a serlo, pero que lo intentará. Quiere dejar el “nombre McGill en alto”.

Las palabras son profundas, dichas en una actuación nuevamente genial de Bob Odenkirk, más una Rhea Seehorn que merece una nominación al Emmy a lo inmediato. Kim posee una expresión en su rostro, en los ojos con lágrimas y la tensión del cuello que muestran que se siente orgullosa de él, cree que finalmente está soltando ese luto y pérdida.

…Pero no es así. Al terminar la audiencia Jimmy está súper emocionado, sabe que lo hizo bien. Kim está muy contenta también, pero lentamente se da cuenta de la fría realidad… Jimmy fingió todo el tiempo. Nada de lo que dijo realmente lo sintió, fue un engaño más, un truco más que saca de la manga, otra falsedad que acumula en su portafolio.

Antes de retirar el permiso para ser abogado de nuevo, pide un formato para cambiar su “nombre comercial”. Se aleja lentamente de Kim, que le pregunta anonadada de qué está haciendo. Su respuesta, un elegante: “Is All Good Man” (Todo está bien).

Hemos llegado señoras y señores, la máscara está en el piso, ante ustedes el maestro de las jugarretas: Saul Goodman.

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