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Cómo Entrenar a tu Dragón 3

Un cierre magistral. Dean DeBlois entiende que es de sabios cambiar de opinión…
Cómo Entrenar a tu Dragón 3
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Llega a la pantalla grande la última entrega de la trilogía de Dreamworks Cómo Entrenar a tu Dragón 3. Con una notable mejora técnica, un personaje sólido y uno que otro desvarío, las aventuras de Hipo (Eleazar Gómez) y su Furia Nocturna llegan a su fin. Dean DeBlois, basado en los libros de Cressida Cowell, se ocupó de ofrecernos una secuela fuerte hace cinco años y aunque algunos de sus personajes flojearon en esta cinta, consiguió conservar la calidad del argumento inicial.

 

¿Cómo entrenar a tu plot?

Lo hizo. Luego de dos entregas, Cómo Entrenar a tu Dragón 3 retomó el tema principal  de la historia y cerró magistralmente. La idea de “no satanizar a los dragones, si no integrarlos a la sociedad” de las primeras películas da aquí un giro alucinante. Esta conta en especial se atrevió a soltar sus ideales y ver cómo maduraban.

A cambiar de opinión.

Bien dicen que cambiar de idea es de sabios. En esta película, Hipo puso el ejemplo al entender finalmente que la solución no era poseer o rechazar a los dragones, sino aprender a dejar ir…

 

Yin yan y ¿yon?

Un plot que presenta a una mujer fuerte opacando a un hombre y que busca ir más allá de la conveniencia política de un discurso así, merece un aplauso. En este caso, está justificado debido a la inseguridad del personaje masculino. Astrid (Leyla Rangel) parece más calificada para ser jefa que el mismo Hipo, salvándolo y abriéndole paso la mayoría de las veces. En la primera entrega conocimos a un protagonista en ciernes; en la segunda, fuimos testigos de su madurez; esta vez pasamos con él por la cimentación de su adultez.

A pesar de la analogía al Yin-yan con Chimuelo y Furia Luminosa, Hipo y Astrid, en Cómo Entrenar a tu Dragón 3 son más importantes las triadas que rodean al personaje principal: el recuerdo de su padre y la presión por ser un líder digno, el dejar crecer a Chimuelo y, por último, la inseguridad en su relación con Astrid. Estos tres elementos atrapan al protagonista al punto de que su capacidad de “ser” queda diluida en los deseos y emociones de sus seres queridos.

La búsqueda de identidad de Hipo terminará cuando comprenda que avanzar se trata de soltar todo.

 

 

El Villano y la Isla ¿perdida?

Cómo Entrenar a tu Dragón 3 nos presentó a un villano amenazante: inteligente, experimentado y sin una pisca de piedad; uno que luego de los primeros ataques se desvaneció por completo. Y no, el chiste de Brutilda (Karla Falcón) no valía la completa desintegración del villano. Grimmel (Ricardo Tejedo) parecía prometedor, pero resultó que, a pesar de su reputación dura, la firmeza logró romperse fácilmente gracias a una chica conversadora.

La segunda parte, en cambio, había entregado un villano lleno de convicciones. A esta tercera, lo único que le faltó para cerrar con broche de oro fue un antagonista con más firmeza, o al menos uno que alcanzara la calidad del anterior.

La isla no se queda atrás: ese mítico hogar de los dragones que ningún ser humano había podido encontrar porque estaba oculto tras… ¿una cascada? ¿Apoco sólo hacía falta volar unos metros por ahí para encontrarla? Al igual que el villano, la idea de la isla perdida fue fácilmente desintegrada por una solución bastante hueca.

Un Final Casi Perfecto…

El ciclo cerró cuando Hipo dejó ir a Chimuelo. El cielo impregnado de alas dirigiéndose a su nuevo hogar, uno más seguro, más suyo, era el final perfecto. La identidad cimentada del protagonista y la resolución del debate inicial, ¿cuidar de los dragones o impedirles la entrada?, nos arroja un emotivo mensaje: “No es poseer o empujar, sino soltar”.

Sin embargo, el epílogo hace flaquear el cierre. El reencuentro de Hipo y Chimuelo acabó siendo un “y vivieron felices por siempre. Olvida todo lo anterior”. Ese momento “familiar” entre los descendientes de Chimuelo y de Hipo volando por los cielos lo derrumbó todo.

 

A pesar de esos últimos dos últimos minutos de la cinta, no podemos negar que Cómo Entrenar a tu Dragón 3 es un cierre magistral, casi perfecto, para una de las sagas más queridas de lo que va del siglo.


¡Cinéfilas y cinéfilos, les invito a que vivan la épica experiencia de una de las mejores cintas que Dreamworks nos ha traído!
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