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EL FINAL DE TODO

Otra vez Netflix lo tuvo todo, pero no lo supo aprovechar.
EL FINAL DE TODO
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Netflix se ha vuelto referente en producciones de talla internacional.
Sin embargo en el género de ciencia ficción (al menos en largometrajes) no ha podido asestar un título contundente.

Lo que veremos…

Will (James) y Sam (Graham) viven felices en Seattle, esperan a su primer hijo y todo parece ir viento en popa. Will debe viajar por trabajo a Chicago, y aprovecha para visitar a sus suegros. De inmediato se nota la tensa relación que él tiene con su familia política, así que tiene programado su regreso a la mañana siguiente.

Al recibir una llamada de Sam, Will le cuenta lo incómodo que fue la cena con sus padres; la conversación se ve interrumpida por un estruendo. Sam no sabe qué fue, pero se ve asustada, la videollamada se corta y Will se apresura al aeropuerto para llegar pronto a su hogar.

A partir de aquí, a través de noticieros y pláticas ajenas nos podemos dar cuenta de lo que está pasando; El mundo se está yendo directo al infierno… otra vez.

Asustado y desesperado, Will regresa a casa de sus suegros, donde Tom (Whitaker); “sólo tiene una pregunta que hacerle: ¿vienes conmigo?” (cita textual). Ambos emprenden el largo viaje por carretera de Chicago hasta Seattle. A lo largo del trayecto se topan con merodeadores, saqueadores, estafadores y toda clase de basura humana que aprovecha el inminente cataclismo para sacar sus bajos instintos.

Incómodamente juntos, deben sortear todos los obstáculos; para que Will pueda regresar al lado de Sam y sobrevivir a toda esta oleada de desastres naturales.

Mi humilde opinión…

El Final de Todo, espero sea la última decepción que reciba por parte de Netflix en ciencia ficción.

Desde BRIGHT, pasando por WHAT HAPPENED TO MONDAY, sobreviviendo a ANON y haciendo de cuenta que TITAN nunca pasó; la historia se repite. Las producciones cuentan con gran elenco, premisas interesantes (o al menos originales), uso de CGI moderado o bastante decente, entonces ¿Qué les falta?

El punto débil de todas y cada una de las incursiones de Netflix en el género, reside en el guión. Ya sea que la trama se caiga en el tercer acto, o están repletos de los más absurdos clichés; hay algo en la historia que simplemente no termina de convencer.

En el caso especifico de esta cinta, tiene dos grandes problemas. El primero es que para ser una “Disaster Movie” no vemos a los protagonistas en suficientes escenarios o situaciones que nos permitan relacionarnos con su preocupación. De hecho, el mayor problema con el que la audiencia se puede identificar es cuando se descompone el auto.

El segundo, es el conato de triángulo amoroso que meten con calzador casi al final de la cinta. Fue completamente innecesario, no cumple con el propósito de aportar al climax, hace que el final sea aún más insípido.

Al igual que en otras cintas arriba mencionadas, en ésta hay buenas actuaciones e introducciones de personajes que tienen potencial, pero sin más, así como llegaron, se van.

No se ahonda en detalles que podrían darle peso al drama o justificar escenas que llegaron al corte final.

En resumen…

Al final de todo, es oficial de nada. Se queda en el limbo, no llega a ser  El Pico de Dante y dista mucho de las emociones que se retratan en The Road.

Teniendo un actor cumplidor como Forest Whitaker y el dinamismo de Theo James que encaja a la perfección en escenarios distópicos, a Netflix se le fue otra gran oportunidad de hacer algo memorable.

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