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“For Sama” conmueve al GIFF 2019

El documental sobre Siria tuvo una función muy especial
“For Sama” conmueve al GIFF 2019
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“Después de ver For Sama, sólo teniendo el alma un poco muerta no se puede llorar”.

Con estas duras y emotivas palabras, el crítico de cine Luis Tovar encabezó su comentario del documental dirigido por Waad Al-Kateab y Edward Watts, cuyo estreno nacional se llevó a cabo en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato GIFF 2019.

Las y los espectadores que nos dimos cita en el Teatro Ángela Peralta estábamos exhaustos y conmovidos, al mismo tiempo que indignados, al finalizar la función. Una activista de Derechos Humanos y una amiga cercana de la directora sumaron sus voces para enfatizar la urgencia de un documental como For Sama, en donde la guerra asoma su lado más humano sin negar la brutalidad de los homicidios que día a día suceden en Aleppo, Siria.

El crítico de cine Luis Tovar y amigos de la directora comentaron al final de la proyección.

La omnipresencia de la muerte

En For Sama los cuerpos son una constante. Desde 2011, cuando Waad comenzó a filmar cámara en mano su día a día como estudiante en la Universidad de Aleppo, la corporalidad se revela como la forma más inmediata de ser y estar en el mundo. Las protestas comenzaron pacíficamente, con pintas en las paredes de la escuela, gritos, acciones simbólicas. La oposición a Bashar Al-Assad era constante, pero no violenta. Los cuerpos se exponían, pero aún no eran reprimidos (ni deprimidos).

Muy pronto todo cambió. Decenas de cuerpos de opositores fueron encontrados en un río y Waad estuvo allí, con su cámara, para documentarlo. Luego las primeras bombas empezaron a caer. Y Waad conoció a Hazam, estudiante de medicina y uno de los pocos de la facultad en ser un militante activo. Él tenía una relación, pero cuando la guerra estalló, su pareja decidió dejar Siria. Tiempo después, él y Waad se casaron. La noche de la boda, los cantos y los cuerpos bailando fueron más fuertes que el ruido de las explosiones. La alegría siempre encuentra un camino.

La decisión de Waad y Hazam de quedarse en Aleppo es la columna vertebral de For SamaHazam se dedica a montar hospitales clandestinos donde atender a las personas heridas en cada bombardeo, tiroteo o derrumbe. Gracias a la tenacidad de Waad, los cuerpos fracturados, rotos, fallecidos, dejan una desgarradora huella en la pantalla. Es difícil establecer una escala de sufrimiento. Cada experiencia es distinta: la de los dos hermanos que ven morir a su hermano menor, la de la madre que saca el cuerpo muerto de su hijo, la de los padres que llenan de besos al cadáver de su hija adolescente. Pocas veces la inmediatez de la muerte se logra expresar con tanto acierto.

Esa despreocupación estética es lo que consigue que For Sama sea un registro tan desgarrador como humano. No hay planos intencionales en el documental que busquen el patetismo o la conmiseración. Son, lo mismo que en la gran cinta de László Nemes, El hijo de Saúl, un grito de realidad que escapa a todos los adjetivos. La vida y la muerte, el llanto y la risa, la danza y la huida, todo tiene su lugar en el complejo documental que ha conseguido crear Waad y que mereció el Ojo de Oro en el pasado Festival de Cannes.

 

For Sama: la revolución de la ternura

En 2015, Waad descubre que está embarazada. Tendrá una niña. Sama. Su nombre significa cielo. Es una declaración del compromiso de lucha de los padres. Este documental es, ante todo, una carta de Waad a su pequeña hija. Como toda carta, está llena de sueños, de confesiones y de dudas. Waad lo expresa de mejor manera: esperar a Sama, tenerla en sus brazos, da una “felicidad teñida de miedo”. ¿Para qué tener una hija en un contexto tan violento? For Sama provee una respuesta contundente en la imagen de un puñado de sobrevivientes abrazando a la pequeña Sama y jugando con ella después de un terrible bombardeo.

Más allá de la contextualización política o de intentar un análisis global del conflicto sirio, el documental de Waad ubica a la ternura en el centro. ¿No es acaso la crianza comprometida con la diginidad y la libertad una de las mejores formas de resitir la desesperanza que nos rodea? Ya lo ha dicho el filósofo afroamericano Cornel West: la ternura es la mejor forma de hacer una política justa en la intimidad del hogar.

For Sama es un intento de Waad por explicar a su hija las razones de las decisiones que tomaron en los difíciles días de la guerra: ¿por qué se quedaron?, ¿por qué se fueron? Este ejercicio de memoria se revela también como un ejercicio de la imaginación y de la esperanza. Las plantas también crecerán fuera de Aleppo. Pero regresar a Aleppo seguirá siendo el sueño más ferviente de Waad, Hazam y quizá de Sama. Ya sea cuando la guerra haya acabado, o antes, para seguir luchando y resistiendo junto a aquellos que allí permanecen.

Además, For Sama es una carta abierta al mundo. Un llamado a que el silencio de la comunidad internacional se quiebre. Es aquí donde la recepción del documental se torna problemática. Pero de eso se trata vivir la historia: de poner en tensión la pasión y el análisis, el corazón y el cerebro, los sistemas y los cuerpos. El documental de Waad contribuye a ello: a recordarnos la complejidad del sufrimiento humano, pero también su simplicidad. El cuerpo de un niño muerto es también eso: el llanto de una madre, la desesperación de un padre, el coraje de un hermano. Allí están las imágenes para recordárnoslo.

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