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In the Heights: ¿Una Carta de Amor a Latinoamérica?

¡Te contamos por qué deberías darle una oportunidad a In the Heights, la nueva historia de Lin-Manuel Miranda!
In the Heights: ¿Una Carta de Amor a Latinoamérica?
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In the Heights, con todos sus altibajos, sí es un musical diferente que pone en el centro las historias de inmigrantes latinos en Estados Unidos

Lin-Manuel Miranda cambió el mundo de los musicales por siempre en el 2008. No sólo porque introdujo elementos de hip hop, salsa, merengue, R&B y Soul en Broadway, una industria conocida por su hermetismo sobre su estética y estilo, sino también por estar comprometido con la diversidad y haber incluido a talentosos artistas de color en su reparto. Pero hay otro factor que hace tan único a Miranda: la manera en la que utiliza la migración y la cultura latina para contar una historia de superación y sueños.

Y es que nadie conoce tan de cerca la búsqueda de un sueño y un mejor futuro que las comunidades latinas de Estados Unidos. Tan sólo en México las remesas representaron casi 4% del PIB en 2020. Y uno de los puntos más importantes de la administración del expresidente Donald Trump fue justamente el crear una muralla que evitara que más personas de Centro y Sudamérica entraran ilegalmente a su país. La segregación y la lucha han creado una comunidad viva y diversa, que comparte unas raíces e historia muy particulares que nadie nunca había contado desde una perspectiva íntima y sincera, y ese es justamente uno de los grandes logros que tiene En el Barrio (In the Heights).

In the Heights

En busca de un Sueñito

In the Heights fue la primera obra estrenada en Broadway de Lin-Manuel Miranda, un neoyorkino de padres puertorriqueños que, aunque creció con gran estabilidad económica, tenía muy de cerca las historias de trabajo y sacrificio que imperaban en Washington Heights, uno de los barrios afrolatinos más grandes de la Gran Manzana. Esa fue su mayor inspiración para crear esta historia, pues a pesar de las diferencias con el idioma, la cultura y las ideas, todos sus habitantes tenían algo en común: la búsqueda de un futuro mejor.

La película de In the Heights está mucho más contenida y los arcos argumentales de algunos personajes están mucho más limitados que en su versión de Broadway, pero el director Jon M. Chu se las arregló para explotar todo el talento de Anthony Ramos (conocido precisamente por sus papeles en las versiones de Hamilton y en El Barrio) para crear números musicales igual de vibrantes y que sí celebran la cultura que se vive en la ciudad.

Ramos se convierte esta vez en Usnavi, el dueño de una tienda de conveniencia del barrio y que es el que narra la vida y obras de sus amigos. Gracias a él conocemos que todos y cada uno de ellos tienen un “sueñito”, y aunque sus narraciones de repente se sienten demasiado literales y a ratos se siente que explica demasiado, él logra acercarnos mejor a las complejas vidas de sus compañeros.

Si bien Usnavi es el actor principal, tal vez la historia que más resalta en la cinta es la de Nina (Leslie Grace) y que curiosamente es la que más se acerca a la historia de Miranda. Ella acaba de dejar sus estudios en Stanford por la presión económica y el intenso racismo y alienación que siente al no estar cerca de su familia y su comunidad. Su historia tal vez es la más interesante porque también nos muestran cómo su padre Kevin (Jimmy Smits), un empresario considerado uno de los grandes casos de éxito del lugar, debe batallar con el dinero para poder costear la educación de su hija.

En Nina vemos la presión generacional de triunfar, llegar cada vez más lejos y lo mucho que pesa el hecho de sentir que uno tiene que cambiar el mundo. No sólo por todas las oportunidades que le brindaron en bandeja de plata, sino porque conoce los obstáculos que sus antecesores tuvieron que sortear para llegar a dónde está. Al respecto, la historia de doña Claudia, la matriarca del barrio que funge como “abuela” de la mayoría de sus habitantes, se convierte en un buen contraste para comparar cómo las expectativas cambian de generación en generación. Para ella, su sueño era sobrevivir y lo logró, apoyando a las generaciones más jóvenes a soñar más alto en el camino. Pero entonces, ¿qué le queda ahora?

La película oscila entre estas historias interconectadas por el barrio y la cultura. Pero lo que de verdad hace especial al filme es que el hilo conector de todos está realmente en rus raíces latinas, y cómo sus diferentes oportunidades y experiencias son en realidad herramientas que les permiten seguir dignificando y celebrando su cultura, dónde sea que se encuentren y a dónde sea que vayan.

In the Heights

Entre la controversia y la Presión de la Taquilla

A pesar de que la historia tiene mucho corazón y sus canciones son simplemente geniales, la necesidad de contraer la historia (que de todas formas logró formar una película de 2 horas y 20 minutos), hace que se sienta un poco apresurada y los arcos argumentales de algunos personajes son ignorados por completo. Y esto es justamente lo que atrajo la controversia a la historia de Miranda.

En un afán por hacer más directos los mensajes de esperanza y aspiración, decidieron cortar la historia de uno de los personajes siendo racista en contra de personas con tonos de piel más oscuros. Esta es una decisión consciente, cosa que ha hecho que muchos fans y críticos por igual hablen sobre cómo los afrolatinos o las personas de tez más oscura quedan relegadas en el fondo de la historia, mientras que los protagonistas son en su mayoría de tez clara.

Esta es una conversación muy interesante que nadie está teniendo todavía y que ya debería empezar a permear más, no sólo en el cine internacional sino también en el mexicano (aunque programas como el de Poder Prieto están empezando a alzar la voz en contra del racismo que se vive en México). Pero, dado que Lin-Manuel Miranda confesó que Hollywood no quería apoyar un proyecto latino de más de 50 millones de dólares sin tener de protagonista a una estrella conocida como Jennifer López o Shakira, me parece que la existencia de In the Heights habla más sobre el lento cambió que se está llevando a cabo en Hollywood.

In the Heights

Y es que in the Heights ya está teniendo problemas en taquilla. A pesar de su gran costo de producción, la película lleva a penas recaudados 11 millones de dólares en la taquilla estadounidense, y las razones pueden ser varias: la duración, el hecho de que sigue siendo una película de nicho por ser un musical, que no tenga protagonistas prominentes. Pero, aún así, hace unos años habría sido inimaginable encontrar una película de tal magnitud creada por un grupo tan diverso de voces destinado a celebrar la cultura y las tradiciones de las naciones latinas.

In the Heights podría ser entonces un testamento de lo mucho que hemos avanzado y lo mucho que nos falta todavía por hacer. Pero en un momento como el que estamos viviendo, sin quitar el sentido crítico y las carencias de representación que tiene el filme, parece un buen paso hacia una sociedad más libre, más amplia y más interesante. Y eso es algo que sin duda hay que celebrar.

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