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Los Increíbles 2

¡Nena! ¡¿Dónde está mi súper traje?!
Los Increíbles 2
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Cuando éramos niños, la mayoría de nosotros compartía un sueño. Todos queríamos tener superpoderes, y combatir el crimen en las calles y en el mundo; así no tuviéramos la estatura suficiente para subirnos a una montaña rusa todavía.

Mentiría si dijera que la cultura de superhéroes ha sido un fenómeno único de la última década; a pesar de que sí, en estos años ha pegado con más fuerza en las salas de cine. No obstante, el concepto de los humanos con habilidades extraordinarias, que combaten por la justicia, ha existido desde los lejanos años 30.

A lo largo de la historia los superhéroes han tenido momentos dorados en la pantalla grande y chica, siempre conquistando nuevas generaciones; que como sus antecesoras, se enamoraron de la idea de algún día ser tan fuertes como los héroes de sus historietas.

Hace catorce años se pretendía revivir el cine de superhéroes. Teniendo en pantalla a cintas como Spider-Man y X-Men; la posibilidad de crear universos cinematográficos del género crecía lentamente. Sin embargo, eran muchos los estudios que decidían no apostar aún por tales historias; puesto que varios asumían que la era de los súper había quedado enterrada en los años 70.

Brad Bird y Disney Pixar decidieron jugársela y presentar un proyecto que llevaba varios años cocinándose dentro de la casa productora: Los Increíbles. Una historia que expondría los años dorados de los superhéroes, y su repentina desaparición luego de que fueran prohibidos en una sociedad que estaba “lista” para dejarlos atrás.

Más que ser una película de superhéroes, Los Increíbles fue siempre una película sobre una familia. Y la forma en que cada uno de ellos se desenvolvía en el mundo, para bien o para mal.

Siguiendo la idea de que las mamás hacían un millón de cosas a la vez; nació Elastigirl. Bajo la creencia que los padres son quienes sostienen a la familia y siempre son vistos como los grandes en casa, apareció Mr. Increíble. Que los adolescentes deseaban no ser vistos, y que siempre estarían a la defensiva; trajo a Violeta al reflector. Y Dash quedó en representación de los niños de su edad, quienes quieren acabarse el mundo a gran velocidad.

Al final quedaba Jack-Jack con una docena de poderes; sustentado en que los bebés son los seres menos predecibles del planeta. Pues así como pueden crecer para ser científicos, también pueden hacerlo para ser deportistas, artistas, o villanos incluso.

Y es así, como los personajes de Pixar se hicieron de su propio lugar en el cine; volviéndose una de las familias más queridas de Disney.

Han pasado catorce años desde que vimos a la familia Parr; todos vestidos con sus súpertrajes, a nada de pelear con El Subterráneo. Y ahora, después de tan abrumadora espera, Los Increíbles regresan a las salas de cine.

Cinéfilos, ¡¿dónde están sus súpertrajes?!


Lo Súper

Desde que se anunció una secuela, las redes se saturaron con las preguntas que necesitábamos fueran resueltas tras el final de la primer cinta: ¿Los súper volverían a las calles? ¿Los Parr pelearían como familia? ¿Jack-Jack se convertiría en un monstruo? Y lo más importante ¿Violeta y Tony sí saldrían el viernes?

No se preocupen, todas y cada una de sus preguntas son respondidas en esta película, apenas aparecen los títulos. Pues tal como lo prometió el director Brad Bird en su momento, comenzaremos justo donde nos quedamos la última vez.

Este es el primer gran acierto de la película. Pues la introducción con el Subterráneo, más que continuar con lo que nos quedamos, comienza a construir la línea por la cual se seguirá el resto de la historia. Aunado a esto, ya sabemos qué rol juega cada personaje y de qué manera los eventos recientes han cambiado su relación familiar, para bien o mal.

A diferencia de lo que habíamos asumido, sin embargo, Los Parr siguen descifrando cuál debe ser su primer movimiento luego de la Isla, y su misión con la ciudad. Después de todo, los héroes siguen siendo ilegales, y las consecuencias de sus batallas no hacen más feliz al mundo.

Es así como nos toparemos con la alternativa propuesta: Winston y Evelyn, dueños de DevTech, quienes pretenden regresar a los superhéroes a sus días de gloria; a través de cámaras que llevarán a los espectadores a los momentos de pelea, y no sólo al desastre final.

Elastigirl es elegida entonces para las primeras misiones; razón por la cual Bob tiene que quedarse en casa con los niños, mientras su mujer pelea con un nuevo villano: El Rapta-Pantallas.


Lo Increíble

La construcción de cada cuadro luce por sí misma. El nuevo trabajo de animación se nota y resulta una pieza, no sólo divertida de ver, sino perfectamente estética. Hay momentos incluso, en que lo que estamos viendo en pantalla parece sacado de una historieta; y la atmósfera de los superhéroes dentro de la ciudad se construye con cada uno de los momentos de acción.

Algo que también contribuye a tal efecto, es la música de Michael Giacchino; quien trae de regreso el leitmotiv original de la cinta; pero quien también se atreve a alejarse en instantes de los sonidos heroicos, para armar piezas e intenciones distintas.

El ritmo de la historia es contínuo, y sabe equilibrarse entre momentos de acción y comedia; haciendo sumamente liviano el viaje.

El desarrollo de sus protagonistas está presente, y es mucho más claro en Helen y Bob Parr. Los niños por su parte, crecen sólo lo necesario y se mantienen en el “avance” al que habían llegado en la película previa.

Sin embargo, a pesar de que se pretende darle a cada personaje su propio espacio en la historia — incluyendo a las nuevas adiciones —; quien se roba el espectáculo es Jack-Jack. Cada escena en la que el bebé está presente sabe desarrollarse de manera que sea gracioso, pero no un abuso del recurso. Cosa que ha pasado, por ejemplo, con los Minions o Baby Groot.

Y alguien de quien nos habría gustado ver aún más es Edna Moda; pues a pesar de que regresa para esta película, sus momentos son muy breves y prácticamente fugaces.


Lo Malo

Aunque quisiéramos que esta secuela brillara por completo, es difícil. Pues hay ciertos elementos que resultan sobrados en el ensamble final; o no están del todo definidos.

Uno de ellos es lo predecible que resulta el villano, y el casi obvio camino que va a seguir la historia a partir de la gran revelación. A pesar de ello, la idea del Rapta-Pantallas es una gran propuesta; y el peligro que implica está muy bien construido.

Otra de las cosas en las que falla, es lo cortos que de pronto parecen quedarse los poderes de los Parr; o las escasas opciones que muestran al momento de pelear. Sobre todo Elastigirl, a quien vemos retomar muchos de sus trucos de la película anterior.

Puede que tales defectos no resulten tan molestos al final. O al menos, no tanto como los nuevos superhéroes que son presentados hacia la mitad de la cinta. Dado que más allá del papel de cada uno de ellos, lo que genera conflicto son los diseños menos afinados y alguno que otro superpoder que está de sobra —te estoy hablando a ti, Reflujo—. Quien se salva de esta clasificación es Void; de quien también nos habría gustado ver un poco más.

 


Dos caras de la misma moneda

Mi primer encuentro con Los Increíbles 2; fue con la película totalmente en inglés. Y debo decir que al salir de la sala, no me sentía en lo absoluto cómoda con lo que acababa de ver. De hecho, me parecía una historia muy mal construida con un trabajo de guión muy bajo, y un terrible resultado luego de tantos años de trabajo del director y la compañía en sí.

Sin embargo, la segunda vez pude verla con el doblaje para Latinoamérica; y las cosas funcionaron de forma totalmente opuesta. El doblaje, a cargo de Víctor Trujillo (Mr. Increíble), y Consuelo Duval (Elastigirl); le da un empuje a la historia mucho más grande, y la hace funcionar a gran escala. Y aunque puede que tal detalle no parezca algo tan grande, el trabajo de las voces y la adaptación al español lucen en todo momento.

Recomendación: eviten a toda costa la cinta en inglés.


Veredicto

Los Increíbles 2 le hace justicia a su antecesora. La fórmula nueva y fresca con la que está trabajando, la separa de sus orígenes y la convierte en una historia madura, distinta; y hasta cierto punto, política. Es divertida, entretenida, y sobre todo, Increíble.

 

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