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MONSIEUR CHOCOLAT

La historia de un revolucionario del espectáculo circense.
MONSIEUR CHOCOLAT
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Un filme ambicioso en cuanto a los temas que intenta tocar a lo largo de la historia.

 

Retornando a finales de siglo XIX, se encuentra un circo, consolidado como medio dedicado a entretener a un público en busca de nuevos actos; prefiriendo la comedia sobre los animales tan típicos de la época. Con ese preámbulo, es que se sitúa la historia de Monsieur Chocolat o simplemente Chocolat. Éste es el título de la obra dirigida por Roschdy Zem y estrenada recientemente en el año 2016. Cinta que se encuentra basada en un libro biográfico llamado “Chocolat, payaso negro: la historia olvidada del primer artista negro de la escena francesa” del autor Gérard Noiriel.

Omar Sy interpreta a Rafael Padilla; un descendiente de africanos que radica de manera ilegal en Francia, trabajando en un banal circo de una comunidad rural; actuando como un salvaje caníbal africano llamado Kananga. En este mismo circo, un decadente payaso de nombre Foottit (James Thierrée); intenta recuperar la gloria que tuvo hace algunos años. Pero a falta de un acto nuevo en lo individual es que propone a Rafael deshacerse de aquel caníbal que interpretaba noche tras noche y crear un acto juntos. Algo nunca antes visto, dos payasos de diferentes razas ofreciendo un espectáculo en conjunto.  

Para beneficio de ambos, la apuesta resultó favorable; logrando llamar la atención de cada vez más público y otorgándoles fama. Misma que llegó a los oídos de un director de circo; encargado de uno de los teatros más importantes de la “progresista” ciudad de París de finales del siglo XIX.

El aceptar un nuevo trabajo en una ciudad distinta, tan alejada de todo lo que Rafael conocía; inevitablemente provocó en él un cambio total, despojándose de la identidad adquirida durante años de trabajos forzados, maltratos y un encubrimiento permanente. Dando vida al que sería su nombre artístico, y por el cual se le recuerda: Chocolat. En contraste, su compañero de profesión, Foottit renueva sus oportunidades de triunfar, enfocándose de manera constante en la innovación de sus actos; exigiendo a Rafael entrega y responsabilidad.

 

 

La mezcla de morbo y sobretodo de un buen acto, logró llamar la atención de audiencias más exigentes; llenando el teatro por completo en cada función, esperando ver la simpatía y complicidad que tanto ruido generaba esta pareja de payasos. Como muchas veces sucede en la vida y la ficción, los éxitos de una persona son los corajes de otra; provocando una serie de acontecimientos que culminaron en la detención de Rafael por parte de la policía francesa.

En la prisión, el afamado Chocolat conoce a un hombre que le cambia por completo la perspectiva en la que visualiza su vida; enfrentando a Rafael con una verdad que no quería ver por sí mismo. Pues todas las noches era “el negro que se dejaba patear el culo por un blanco”. Tales afirmaciones, por más incómodas que le resultaron, terminó aceptándolas como verdad; generando una nueva representación acerca de su persona, y otrogándose poco a poco un valor que él considera se merece.

Decidido a sobresalir no solo como un payaso, sino como un artista; Rafael se despoja de Chocolat y todo lo que se le atribuye a el pseudónimo con el que consiguió fama. Incursionando en algo que llegara a trascender en la historia: actuar en el papel principal de una obra tan reconocida a la que no se le respetaba la raza de su protagonista; Otelo de Shakespeare.

 

EN CONCLUSIÓN…

Es una cinta ambiciosa en cuanto a los temas que intenta tocar a lo largo de la historia; como la esclavitud o el racismo, por mencionar algunos. Sin embargo no consigue adentrarse demasiado en ellos; provocando una confusión momentánea en la que no se sabe hacia dónde avanza la historia.

La película destaca por las actuaciones de Omar Sy y James Thierrée. Siendo este último quien roba la atención, incluso sobre el protagonista; debido a una excelsa interpretación que no sólo convence, sino que reafirma una trayectoria no tan reconocida en el cine comercial, pero sí en el ámbito artístico. Después de todo, es nieto de Chaplin.

Chocolat es uno de esos films que alegran, emocionan y conmueven al espectador; aportando una postura acerca de la revalorización que uno como individuo debe hacerse en busca de la trascendencia.

 

CALIFICACIÓN:

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