¿La discriminación sigue existiendo?
Esta es una pregunta fundamental al momento de ver Music Within, una película del 2007 basada en hechos reales; la cual narra principalmente la vida de Richard Pimentel entre los años de 1969 y 1988. ¿Por qué es importante esto? Simple: porque el contexto histórico impregna toda la película; porque se nos muestra a una sociedad estadounidense completamente cerrada y ajena a las personas con discapacidad; donde incluso despreciarlas está “bien visto”. Todo esto amparado por las llamadas ugly laws; una serie de leyes que, para resumir, denigraban a las personas con discapacidad y “físicamente desagradables”.
Si bien al principio nos enseñan parte de la difícil infancia de Richard; también conocemos un aspecto que determinaría su vida: su talento y pasión por dar discursos. Al aplicar para una beca y ser brutalmente rechazado por el profesor de oratoria de una de las universidades más importantes; decide enlistarse en el ejército con la promesa de que le pagarían sus estudios. Estando en Vietnam, su campamento es atacado con explosiones, dejándolo con una severa pérdida de la audición y un constante zumbido en la cabeza; lo cual le dificulta seguir una conversación y desempeñarse al 100% en sus estudios.
Es en este punto donde conoce a Art, un genio sarcástico y “malvado” que tiene, cómo no, parálisis cerebral. Atrapado en una silla de ruedas y con serias dificultades en el habla, Art vive su día a día lo mejor que puede. Pero cuando Richard lo conoce, se da cuenta de que, por alguna razón, es capaz de entender todo lo que dice Art.
Así se forma una gran amistad, donde Art es los oídos y Richard es la voz. Sin embargo, gracias a la habilidad que adquirió para leer los labios; muy pronto comienza a notar la manera en la que se expresan de Art, tachándolo de “retrasado” en el mejor de los casos. Es por esto que la pregunta inicial es tan importante; ya que la película se puede tomar como una entretenida anécdota o como lo que, desgraciada y tristemente, sigue siendo. El reflejo de una sociedad que discrimina cuando nadie está viendo.
Curiosamente, justo a principios de julio de este año, se hizo muy conocido el caso de DaniiKills; una encantadora streamer de Twitch que nació con problemas de audición, los cuales también afectaron la manera en la que puede hablar. Sin embargo, otro usuario de la plataforma dio con su canal mientras él streameaba con unos amigos; los cuales no tardaron en empezar a hacer comentarios ofensivos hacia Dani. Pero, cuando alguien de sus propios espectadores les hizo saber de la discapacidad que tiene Dani —información que ella misma pone en la descripción de su canal y que no se molestaron en leer—; unas de las amigas que lo acompañaban (y que tenía su cámara puesta) dijo que debería ponerse en la frente un letrero que dijera “discapacitada” para así no burlarse de ella.
¿Quieres un ejemplo más cercano?
El año pasado acompañé al festejo del día del maestro a un par de amigas que trabajan en una escuela enfocada 100% al desarrollo e inclusión de personas con discapacidad. Poco tiempo después me enteré de que unos de los principales temas de conversación entre varias maestras y la directora fue lo “pobrecitas” que eran mis amigas al “tener” que “cargar” conmigo para todas partes. Incluso la directora llamó a una de ellas, pues se notaba que éramos muy cercanos; y le “aconsejó” que no se fuera a enamorar de mí.
¿La discriminación sigue existiendo? Sí, sin duda; en la sombra y rodeada de personas con el mismo nivel y tipo de pensamiento estúpido. Y, aunque el tema principal de Music Within trate acerca de encontrar aquello que te hace único; esta película, además de humanizar a Art y mostrar que tener una discapacidad no te hace ser santo; enseña realidades muy tristes. Enseña que no somos conscientes de todo lo que conlleva una discapacidad hasta que la vivimos de primera o segunda mano; las repercusiones emocionales de la discriminación; y, escribiendo esto con profunda tristeza; es un desagradable recordatorio de hasta dónde puede llegar el ser humano cuando no existen límites ni consecuencias.