Westworld nos quedó a deber con su tercera temporada
Westworld es en la actualidad la serie de ciencia ficción con mayor presupuesto, con un elenco de lujo y cobijados por una de las más grandes empresas de la tv como es HBO. Desgraciadamente, han tirado todo esto por la borda, ya que después de ver la Temporada 3, olvidarán qué los había hecho de prestigio en primer lugar.
Jonathan Nolan y Lisa Joy, escritores y productores de esta serie de HBO, lograron un trabajo magnífico con la Temporada 1, así como una digna labor con la Temporada 2. Pero desde que literal “salieron de Westworld” también así se fugaron sus mejores dotes para articular una historia, o siquiera construir bien a los personajes.
En un santiamén, considerando que esta temporada fue reducida a ocho episodios, hicieron que papeles tan interesantes como Maeve, Bernard y William quedaran varados en tramas pobremente desarrolladas, dejando un protagonismo plano y unidimensional a Dolores, ni qué decir de la incursión de Caleb.
Nuevos personajes sin ningún peso
Puede que la piedra angular del fallo y el fastidio que genera la desilusión de lo que ahora es esta serie, es precisamente la inclusión de Caleb, personaje interpretado por un Aaron Paul que hace su mejor esfuerzo por hacerlo destacar, a pesar de tener un guión simplista.
Éste se convierte en una especie de héroe sin merecimiento, y no me refiero a que no le luzca ese título, sino que ni la combinación de flashbacks o diversas secuencias que lo vemos con una cara confusa, funcionan para que el espectador conecte con él. El recurso de explorar su pasado se vuelve cansino al poco tiempo, tanto así que su presente y futuro se vuelve irrelevante.
Por otro lado está Serac, quien parecía ser un villano bastante interesante para conocer a profundidad, sobre todo por su creación Rohoboam, esta máquina gigante que “controla a la humanidad”. Aquí nuevamente desperdician libreto y en unos cuantos capítulos vemos una resolución que está lejos de ser épica o gratificante, por más que el soundtrack suene de forma magistral.
¿Avance en la historia?
El final de la Temporada 2 de Westworld dejaba la pauta para que esta historia evolucionara, lo que significaba a la vez un reto enorme de saltar de un arco narrativo hacia otro. El riesgo fue tomado pero el resultado fue contraproducente.
La tal “revolución humana” o la “venganza de los hosts” son temas que ocurren en segundo plano, tan separado de lo que hacen los protagonistas que cuando se “desata el caos” es muy poco creíble, mejor dicho absurdo, eso sin decir las secuencias de acción que fueron muy mal ejecutadas.
Tan solo de recordarlas, la verdad que hasta dan risa dan por la ridícula forma en cómo casi siempre los protagonistas salen ilesos de cualquier situación de peligro. Ningún edificio tiene buena seguridad y los que disparan son todos Storm-Troopers, imaginen algo así.
Lo que nos queda con este “avance de la historia” es incertidumbre, un salto demasiado grande entre el parque temático y el mundo real, un mundo futurista que se vuelve caricaturesco y sin ambiente que genere credibilidad, por ende, tampoco que genere importancia.
Veredicto
Westworld sufrió por tener argumento ambicioso, en que el aspecto filosófico que tan bien desarrollaban en temporadas anteriores aquí quedó como diálogos al azar, sin fundamento ni caracterización.
Puede que la Temporada 4, ya confirmada, vayan a reparar errores que abundaron en estos capítulos, aunque sinceramente después de lo visto siento que esto ya no tiene reparación.