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Studio Ghibli y Hayao Miyazaki: ¿Cómo conquistaron el mundo?

Conoce la personalidad estética del estudio de animación japonés más trascendente de los últimos tiempos
Studio Ghibli y Hayao Miyazaki: ¿Cómo conquistaron el mundo?
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¿Cómo llegó Studio Ghibli a ser una de las productoras de animación más grandes del mundo?

Hayao Miyazaki antes de Ghibli


Es 1983, un joven graduado de ciencias políticas y economía ingresa como auxiliar de dibujo al estudio de animación Toei. Ese es Hayao Miyazaki.

Un año después, lideraría dentro del estudio un movimiento sindical al lado de un joven llamado Isao Takahata. Ciertamente, la gente de Toei no se imaginaba que estaban siendo testigos del florecimiento de una amistad que marcaría un antes y un después en el mundo de la animación a nivel mundial.


Entre 1971 y 1974, el dúo trabajó en los estudios A-Pro, donde Miyazaki dirigió Lupin III; luego pasarían por Nippon, donde participarían en la producción de Heidi: la niña de los Alpes.

En los años próximos vendría Conan, el niño del futuro, dirigida por Miyazaki y Ana de tejas verdes por Takahata. Fue a partir de 1982 cuando Hayao publica Nausicaa del Valle del Viento para la revista Animage, cuya adaptación a la pantalla se convertiría en la semilla de Studio Ghibli.

Con el dinero recaudado de Nausicaa surge una relación con quien musicalizaría las películas del estudio: Joe Hisaishi. Studio Ghibli comienza a cobrar vida.

La Magia detrás de Studio Ghibli

Castillos andantes, Puercos antifascismo y niñas que trabajan en cuartos de baños para deidades. Desde su nacimiento, el estudio ha innovado con historias, personajes y técnicas que han conquistado tanto a la crítica, como a niños y a grandes.

Se ha globalizado, trascendiendo fronteras geográficas y culturales. Ha esquivado un mundo de arte industrializado donde cualquier producto narrativo se produce en serie y de forma tan rápida que termina por carecer de identidad propia.

Studio Ghibli trascendió los gremios de la subcultura otaku, la idea de que la animación “solamente es para niños” y se convirtió en un cine con distintos niveles de lectura que es disfrutado por todos.

Pero ¿por qué las películas de Studio Ghibli resultan encantadoras? ¿Cómo se conforma la magia del estudio de animación japonesa más reconocido de los últimos años?

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli

Una caricatura realista


Si algo caracteriza a las cintas de Ghibli es el estilo de animación. El estilo genérico de animación oriental para las producciones en serie es constantemente reducida a 3 frames por segundo para fines de marketing, lo que termina por generar movimientos de personaje planos y carentes de vida.

Los personajes de Ghibli tienden a moverse de forma más realista; el ponerse los zapatos, vestirse, comer o correr, cada actividad es impulsada con movimientos poco acartonados y hasta torpes que transmiten naturalidad, veracidad y además muestran la identidad de los personajes.


Otro elemento importante es que la infancia no es idealizada. Los niños no son representados como seres excesivamente infantiles y sin sentido de comprensión ante el mundo. Por el contrario, se pasean entre espacios de juego pero también de peligro, donde presenciamos su capacidad de imaginación y su proceso de maduración.

Un claro ejemplo es Kiki, la bruja, una niña cuyos movimientos cambian su enfoque a medida que adquiere experiencia y por lo tanto, seguridad.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli

No sólo la infancia, también la adultez y la vejez son representadas de forma realista: la primera como una etapa de madurez plena pero vulnerable, y la segunda, no como el fin, sino como una etapa más donde el otro sigue redescubriéndose día a día.

Los movimientos son propios de su edad y contexto del que provienen: La inseguridad y valentía de Chihiro (El Viaje de Chihiro) se refleja en la lentitud y torpeza de sus movimientos, la elegancia de Howl (El castillo ambulante) en sus movimientos fluidos pero acartonados.


El caso de Sophie (El Castillo Ambulante) es un ejemplo interesante. En el argumento de la película, la muchacha es maldecida por una bruja y transformada en anciana, por lo que pasa gran parte de la cinta en este estado. Inicialmente Sophie es lenta y realiza movimientos pesarosos, pero conforme el personaje se transforma emocionalmente, los movimientos se aligeran a pesar de que sigue siendo una vieja.

Humanidad sobre el género


Más que la figura de la mujer empoderada invencible, Ghibli muestra a personajes femeninos que antes de mujeres, son personas con vulnerabilidades y fortalezas retadas a superarse a sí mismas. Las motivaciones de estas son intrínsecas, van más allá del posicionarse como heroínas o sobreponerse para demostrar algo; en resumen: son más reales.
En las relaciones de hombres y mujeres, se antepone el compañerismo por sobre el amor romántico. Su relación con los hombres no gira en torno a la competencia entre los mismos o a distinciones sexistas, sino a lo humanamente puro: seres que poseen habilidades y conflictos que NO son definidos por su género, sino por su experiencia, deseos y temores.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli


Desde Nausicaä (Nausicaä del Valle del Viento), el primer personaje femenino del estudio, una mujer que cabe en el arquetipo de joven guerrera a la perfección, con ideales pacifistas pero determinada a luchar por la justicia, pasando por Chihiro (El viaje de Chihiro), una niña que se vuelve emocionalmente más madura y hasta Anna (El recuerdo de Marnie) una chica tímida y enfermiza que encuentra su fuerza a través de la generación de un vínculo; no importa con qué enfoque, cada una de las mujeres del estudio son, más que empoderadas, lo suficientemente humanas para poner en alto el género femenino.

Lo Natural y Artificial


Las películas clásicas de Disney tienden a representar la naturaleza como algo puro, mágico y extremadamente positivo. En las cintas de princesas como Blancanieves o Cenicienta, los animales y las plantas son idealizados con un enfoque de bondad infinita, que termina por volverla irreal. A pesar de que en Ghibli la flora y la fauna adquiere un significado espiritual, también puede llegar a ser aterradora.


En cintas como Nausicaä del valle del viento o Ponyo en el acantilado, hay mareas y tormentas abrumadoras que pretenden destruir a otros, así como en La princesa Mononoke, que nos muestra un monstruo gigante de fango. La naturaleza no puede ser controlada, pero también hay otra cara. Por otro lado, la naturaleza también puede coexistir con la humanidad en un dar y recibir, como en El viento se levanta e incluso en Arriety y el mundo de los diminutos, cintas donde se juega con la idea de la enfermedad y la naturaleza como sinónimo de la paz, de algo que hace más llevadera a la enfermedad.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli


El enfoque de la naturaleza también va en torno al folklor japonés, llena de simbolismos y criaturas místicas. En general, el estudio tiene bases sintoístas, religión de adoración a la naturaleza y sus deidades. En películas como Mi vecino totoro, La princesa Mononoke y por supuesto El Viaje de Chihiro aparecen distintas clases de dioses representados como bestias con características humanas y animales que habitan los bosques.


El agua y el viento que tienden a representar distintas cuestiones en las películas. En El Viaje de Chihiro el agua pasa a ser parte importante del argumento. La encontramos en los baños de Yubaba, en Haku, en las vías del tren, cobrando distintos significados como son sosiego, esperanza y renovación. En Ponyo en el acantilado el agua cobra un sentido de juego y también de amenaza. Por otro lado, el viento y el vuelo también poseen un papel importante, desde Chihiro volando con Haku, Sophie y Howl escapando en el aire, la evolución y el dejar ir en El viento se levanta, entre otros.


En las cintas de Ghibli, la tecnología no es un monstruo que acabará con la humanidad. La visión del estudio no cae en lo apocalíptico. El Castillo Vagabundo, Porko Rosso y El viento se levanta son ejemplos de cómo dota de vida a la tecnología. La influencia de la segunda guerra mundial da paso a constantes aviones que se mueven de forma casi humana, así como el castillo andante de Howl.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli


La tecnología no es un signo de dominio, sino de una herramienta y un acompañamiento para la resolución de problemas, pero también es vista como un producto bello y objetivo desde la perspectiva de la ingeniería y el diseño, cosa que es representada en el Viento se levanta.

La música y la contemplación


Las películas de Ghibli no serían las mismas sin la música, que arrastra a la contemplación al detalle. Los fondos, los diseños de personaje simples como el de Chihiro y otras veces más complejos, como Yubaba, así como los colores cálidos y fríos crean el misticismo que tanto caracteriza al estudio.

Un vaivén de emociones recorre al espectador en la escena contemplativa de Chihiro cuando mira las aguas desde el balcón, acompañado de colores azules, o las pintorescas y cálidas escenas de la habitación de Howl en El Castillo ambulante. Otro aspecto clave es la comida, que ofrece siempre una sensación de abundancia. Además del inmersivo detalle de cada alimento, los personajes no comen con decoro, sino según su personalidad, cosa que aporta a la animación realista.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli


La contemplación es la personalidad del estudio, tanto en el diseño de escenarios y personajes, como en el diseño sonoro. El piano melancólico enmarcan el viaje de una niña cuya inocencia se ve perturbada. Las flautas y los violines esperanzadores acompañan la aventura de una joven anciana que redescubre su camino más allá de lo que dicta el destino. La fuerza de las creaciones de Joe Hisaishi acompañan las cintas a la perfección.


A pesar de entrar a la categoría de la fantasía, los escenarios de Ghibli terminan por pertenecer a lo onírico. Un balance perfecto entre el realismo y elementos extraordinarios que parten desde la cotidianidad: un tren siguiendo un sendero de agua o un balcón por sobre un mar que se pierde en el horizonte. No gira en torno a las criaturas fantásticas, la magia de Ghibli está en la contemplación de lo rutinario.

Hayao Miyazaki y Studio Ghibli


El secreto de las películas del estudio que fundaron Miyazaki y Takahata es la naturalidad, concepto que es inherente a una serie de películas donde todo fluye en la realidad: en su animación, el no concentrarse en una idea bondadosa o satanista de la naturaleza y de lo artificial, en su nivel contemplativo de la humanidad y de las emociones. Estudio Ghibli logró lo que pocos: utilizar la hipérbole de la caricatura en favor de lo meramente humano.

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