HIM: El Elegido y la paradoja de la Fama

Marlon Wayans, Julia Fox y Tyriq Whiters nos explicaron la intensa filosofía detrás de HIM: el Elegido.

HIM: El elegido, dirigida por Justin Tipping, es un thriller psicológico que combina drama deportivo, horror y crítica social para explorar lo que realmente significa ser “el mejor”. 

La historia sigue a Isaiah (Tyriq Whiters), una joven estrella del fútbol americano atrapado en una espiral de fama, sacrificio y violencia emocional, en la que su cuerpo y su mente se convierten en el campo de batalla de la perfección.

Con un elenco encabezado por Marlon Wayans, Tyriq Withers y Julia Fox, la cinta se sumerge en los sacrificios invisibles detrás del éxito y en la delgada línea que separa la ambición de la autodestrucción. 

En entrevista exclusiva con Fuera de Foco, los tres actores hablaron sobre la intensidad del rodaje, el lenguaje corporal como herramienta narrativa y las heridas que deja la fama cuando se vuelve una prisión.

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Marlon Wayans: del humor al horror psicológico

Para muchos, el nombre Marlon Wayans evoca inmediatamente la comedia: desde Scary Movie hasta White Chicks, su carrera ha estado marcada por el humor absurdo y el timing perfecto. Pero en HIM: El elegido, Wayans abandona la risa para sumergirse en un personaje oscuro y perturbador, y lo hace con una convicción que solo puede nacer de la experiencia.

“Me gustan los villanos con sentido del humor, porque eso los hace más asquerosos. No creo que nadie debe ponerse en los zapatos de: “soy muy malo”. Tienes que encontrar lo divertido en el horror: darle vida, hacerlo humano”.

Lo más interesante de su respuesta es que, incluso en su incursión en el terror, el actor no abandona sus raíces. Wayans contó que su proceso de transformación comenzó hace 15 años, cuando fue considerado para interpretar al legendario comediante Richard Pryor

Siempre tuve miedo del stand-up, pero al prepararme para ese papel me di cuenta de que no podía fingir ser el mejor comediante si nunca había hecho comedia en vivo”, recordó. “El actor de método en mí empezó a hacer stand-up… y cuando la película se canceló, pensé: no quiero interpretar al mejor, quiero ser el mejor.”

Esa búsqueda de autenticidad y dominio impregna su trabajo en HIM. Wayans no interpreta a un simple antagonista; encarna a un hombre quebrado, consciente del monstruo que puede ser, pero incapaz de detenerse. Su sentido del humor se convierte en un reflejo de su corrupción interior.

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Tyriq Withers y Julia Fox: entre la vulnerabilidad y la fama

El otro eje emocional de HIM: El elegido lo sostienen Tyriq Withers y Julia Fox, quienes dan vida a Cameron Cade y a Elsie, dos personajes que representan extremos opuestos de la misma ambición.

Para Withers, esta película fue una experiencia transformadora. “Dejé trabajos seguros para perseguir la actuación, y eso no fue una decisión inteligente financieramente», confesó

“Pero quería ponerme a prueba. Para este papel, seguí el régimen físico de un jugador profesional de fútbol. Quería sentir lo que ellos sienten.” Su preparación física fue, al mismo tiempo, un acto de entrega artística y una metáfora del sacrificio que exige la grandeza.

En pantalla, Cameron Cade encarna el peso de la expectativa. Es un atleta que ha aprendido a esconder sus emociones bajo una máscara de disciplina. Pero Withers quería mostrar algo distinto: “Quiero que los atletas sean vistos como seres humanos, porque lo son. Está bien ser vulnerables, está bien tener miedo. Esa es la verdadera fortaleza.”

Su interpretación contrasta con la energía magnética de Julia Fox, quien interpreta a Elsie, una influencer y esposa de un jugador que, en sus propias palabras, “trata de ser la mejor en su propia manera”. Fox describe a su personaje como una mujer atrapada en la performance constante del éxito. 

“Elsie siente que es mejor que otros, que tiene algo más que demostrar. Siempre está viajando, siempre ocupada. Isaiah está en casa, pero ella vive en movimiento.”

Pero lo más revelador de su entrevista fue su reflexión sobre la fama. Cuando se le preguntó sobre una línea del filme —“para ser realmente genial, tienes que sobrevivir a la muerte de quien eras antes”—, Fox respondió con una serenidad desconcertante: 

“Hay cosas que mueren cuando te haces famoso. Pierdes la capacidad de caminar por la calle sin ser reconocida. La anonimidad es una cosa hermosa… y te la arrebatan.

Pero yo todavía vivo con las mismas personas con las que crecí. Eso me mantiene en tierra. Me siento muy afortunada, porque la mayoría no puede hacerlo.”

En un mundo donde la fama se confunde con identidad, Fox ofrece una mirada introspectiva y casi melancólica: la de alguien que conoce el brillo de los reflectores, pero también el silencio que deja detrás.

En HIM: El elegido, el cuerpo, la mente y la ambición se convierten en un mismo campo de batalla. Marlon Wayans aporta una intensidad que desarma su propia imagen pública; Tyriq Withers entrega una vulnerabilidad poco vista en el arquetipo del atleta; y Julia Fox refleja con frialdad y elegancia la alienación de la fama contemporánea.

Todos coinciden en algo: el éxito tiene un costo, y a veces ese costo es la pérdida de uno mismo. La película no solo es una historia sobre la obsesión por la grandeza, sino también un estudio del sacrificio y de la metamorfosis que exige sobrevivir a la propia ambición.

La dirección de Justin Tipping y el énfasis en el lenguaje corporal —que los tres actores destacan como la columna vertebral de la narrativa— convierten a HIM: El elegido en una experiencia sensorial y emocional. No hay discursos heroicos ni moralejas dulces: solo cuerpos tensos, miradas que callan más de lo que dicen y un eco constante que pregunta si ser el mejor vale realmente la pena.

Entre confesiones sinceras y risas nerviosas, Wayans, Withers y Fox revelan lo que hay detrás de sus personajes: una lucha íntima entre lo que se pierde y lo que se gana al buscar la perfección. Y es ahí, en ese terreno de vulnerabilidad y ambición, donde HIM: El elegido encuentra su verdadero poder.

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