Jessica Alba y Gabrielle Union nos cuentan sobre L.A.’s Finest la serie spin-off de Bad Boys.
Hay personajes que no pasan de moda. Y así como las ciudades evolucionan, las historias de crimen avanzan –para bien, o para mal–, a la par en que los edificios se vuelven más altos. En esta ocasión es el turno de la detective Syd Burnett (Gabrielle Union), y la detective Nancy McKenna (Jessica Alba) de poner orden en la caótica ciudad de los Ángeles.
Visitamos el set de la nueva serie de AXN: L.A.’s Finest para platicar con las protagonistas de esta historia, que deriva de las cintas de George Gallo: Bad Boys.
En la superficie, sus personajes parecen ser polos opuestos. Pero cuando se trata de entrar en acción, ambas son increíblemente bad-ass, entre persecuciones y disparando contra los malos ¿Cómo fue para ustedes jugar con toda esta acción?
Gabrielle: Fue muy divertido. Creo que la primera gran escena de acción en el episodio piloto fue el tiroteo, y luego otra en el garage, donde le tiramos un auto encima a un tipo.
Jessica: ¡Sí! ¡La pasé genial ese día!
Gabrielle: Nosotras, Jessica y yo nos divertimos juntas todo el tiempo, en la escena que sea. Pero con toda la gente que estaba en el set durante esa escena en particular, nos divertimos aún más. No siempre encuentras co-estrellas con las que puedas hacer travesuras y bromas, y nosotras tuvimos mucha suerte aquí. El chico al que le tirábamos el auto era muy gracioso y dulce y la pasamos increíble con él.
Jessica: Porque en realidad es artista y tutor de meditación. Y nosotras éramos crueles en la historia y nos sentíamos mal, pero todo es parte de actuar, y al final de rodar la escena la pasábamos muy bien.
Gabrielle: Y lo divertido también es que a veces estamos grabando, y estamos tan metidas en nuestro rol y nuestro trabajo, donde sabemos qué es lo que va a pasar. Pero luego nos damos cuenta que alrededor hay gente que está viendo ésto por primera vez y toparnos con sus reacciones al filmar algo cómico o de acción es muy muy divertido; incluso con los extras que están con nosotros y que no tienen idea de qué es lo que sucederá después.
Es entonces cuando vienen los gestos genuinos, y la sorpresa de la gente que no sabía que algo iba a explotar o que nosotras íbamos a llegar a pelear con los mafiosos. Nos encanta correr por ahí, jugando a ser estas extraordinarias mujeres bad-ass.
¿Qué libertades han tenido sobre sus personajes, ahora que juegan tanto en el rol de productoras como en el de actrices?
Jessica: Creo que de no haber tomado el cargo, la historia habría sido muy distinta. Sobre todo, cuando trabajas con ciertas cadenas televisivas, vienen unos parámetros respecto a cómo tiene que ser un personaje, de forma que pueden limitar su desarrollo. Muchas reglas, como…
Gabrielle: “¡Tú tienes que ser así! ¡Y tú así! ¡Y más les vale que ambas sean agradables!”
Jessica: Cuando trabajaba en una serie de cadena grande, eran extremadamente restrictivos con los personajes. Decían cosas como “tienes que utilizar tal color para lucir bien, y esto que brilla y aquello que no va con la historia pero que funciona para tu figura”, que al final no te deja estar cómoda con lo que estás haciendo.
Es un cambio muy bueno venir a un lugar donde todo es funcional respecto a la historia, y que hay ejecutivos y productores, hombres y mujeres, que te escuchan y entienden lo que quieres para alimentar lo que estás haciendo con tu personaje. Confían mucho en nosotros y eso es increíble.
¿Cómo ha cambiado su trabajo como actrices al estar también tras la producción con L.A.’s Finest?
Jessica: Creo que me ha permitido sentirme mucho más confiada y consciente de lo que valgo. Y que mi identidad no está atada a la percepción que una industria tiene sobre mí. Cuando comencé a ser actriz a los 16, mi identidad era construida por otras personas, por cómo escribirían de mí los periodistas, los productores, o el estudio, los agentes, todos en Hollywood. Lo sentía fuera de mi control, desconocía muchas cosas y de pronto este negocio lo era todo en mi vida.
Apartarme un poco y luego volver, me ha permitido tener una nueva perspectiva sobre lo que hay afuera que también es muy importante. Y eso al mismo tiempo me permite trabajar con una humanidad mucho más natural que le puedo entregar a los personajes. Trabajar con humildad y tener sensibilidad sobre un mundo al que puedo contribuir como productora.