Platicamos con Anaïs Pareto, directora de Santa Bárbara, quien nos contó cómo la migración afecta a la maternidad y la percepción de esta.
La migración es uno de los comentarios más frecuentes en el cine hispano, pues al ser un fenómeno duramente arraigado en nuestra sociedad, no es de extrañarse que los voceros de la creatividad opten por tomar este tema y acercar al público a las frecuentemente duras condiciones de los paisanos que se mudan a otros países.
Santa Bárbara, sin embargo, ofrece un enfoque mucho más humano a este fenómeno, aprovechando para aterrizar también la pregunta ¿Qué sucede con todas esas madres que abandonan su patria y a sus hijos para buscar una vida mejor? ¿Dejan de ser madres si crean una nueva vida en el país de destino?
Estas son algunas de las cosas que plantea Anaïs Pareto, directora del largometraje presentado en el FICM 2022, quien asegura que Santa Bárbara está inspirada en la realidad de decenas de mujeres quienes encontraron mejores oportunidades en Barcelona, dejando atrás a sus familias en Latinoamérica.
El mito de la madre
En la cultura mexicana no hay nada como la figura materna. Pues las tradiciones familiares, condiciones sociales y la educación local, ha creado hasta cierto punto un mito alrededor de la madre, quien por excelencia se espera que sea dedicada a su familia, generosa, capaz y una persona entregada a servir a sus hijos.
De acuerdo a Pareto, la visión materna bajo la que varias personas han sido criadas, no deja de ser parte de un dictado machista, donde la madre se convierte en la única identidad de mujeres que por su cuenta, tienen intereses propios, sueños, metas y deseos.
Es por eso que Santa Bárbara pone en juicio tal percepción, retando a su público a ver más allá de la madre que orbita alrededor de los niños.
“Uno de los primeros motores que me atrajo a estas historias de vida, fue que estas mujeres en Barcelona no han vuelto a ver a sus hijos después de tantos años” comentó Anaïs Pareto para Fuera de Foco.
“Ahí estaba operando mi parte de juez. Esta manía que tenemos de juzgar y percibir esa imagen de la madre inmaculada y para la que lo más importante en el mundo son sus hijos, casi como si la maternidad fuera lo que las definiera. Pero con estas mujeres, al alejarse de casa, se daban cuenta de que la maternidad no desaparecía sus identidades.”
Anaïs Pareto
Pareto resaltó su interés por mostrar la faceta más honesta de las mujeres, destacando la forma en que Bárbara (Anabel Castañon), protagonista de la historia quien ha hecho una vida en España, descubre que es mucho más de lo que su hogar le permitía ser.
“Rara vez pensamos en que son mujeres que tuvieron que sobrevivir en un lugar nuevo, hacer una nueva vida es un acto de supervivencia, al igual que emigrar, y tiene todo el derecho a montar y disfrutar de esa nueva vida”.
Anaïs Pareto
Ni de aquí, ni de allá
El conflicto principal de Santa Bárbara llega cuando luego de ser arrestado Ulises (Alberto Silva) el hijo mayor de Bárbara, la madre de ésta que reside en México dice que no puede cuidarlo más, por lo que este es enviado a Barcelona con su madre.
Aquí sucede un choque decisivo entre la vida actual de Bárbara, quien vive con su novia en un departamento, tiene su trabajo y nuevas costumbres, y lo que su hijo también espera de ella. Esto pone a Bárbara en una situación donde no sólo su hijo llega a su hogar, sino también la identidad mexicana que Bárbara había dejado atrás.
“Cuando llega su hijo, no sólo llega él. Sino todo lo que es su país de origen. Hay un golpe en Bárbara porque ella ya está en otra cosa, aunque su identidad tampoco conecta con lo que es el nuevo país. Esa dualidad es lo que la conflictúa tanto, porque no sabe para dónde ir.”
Anaïs Pareto
Asimismo, Pareto hizo énfasis en la idea de los migrantes que para ciertas personas son considerados “demasiado extranjeros para su patria”, y “demasiado mexicanos para los extranjeros”.
“Cuando uno emigra, al final no es de ningún lado.” comentó la directora. “No eres ni del lugar de destino, ni del lugar de origen. Fue una de las cosas que queríamos mostrar aquí, también porque entre las mujeres que conocí, tenían una red de apoyo entre ellas, no precisamente apoyándose en el lugar al que migraron”.
Un llamado al cambio
La misión de Santa Bárbara, de acuerdo a Anaïs Pareto, es que su audiencia pueda empezar a ceder en su rol de jueces, invitándolos a no emitir una sentencia sin haber experimentado de cerca la vida de las mujeres que dejan atrás a sus familias al emigrar.
“Las preguntas que me vinieron a mí cuando conocí a estas mujeres, tienen que empezar a resonar en todos. Yo misma pasé de juzgar o creer tener esa verdad absoluta de “¿Cómo es que no está con su hijo?” a ver que no somos sólo eso, sino muchas otras cosas.”
Anaïs Pareto
“Si podemos abrir un poco esas miras” explicó Pareto “es beneficioso para todos como sociedad, el desmitificar a las madres y verlas como lo que son, personas reales.”
