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Somos: La Serie sobre el Narco que Tienen que Ver

Somos es una serie sumamente necesaria. ¡Platicamos con los creadores James Schamus, Fernanda Melchor y Monika Revilla sobre su importancia!
Somos: La Serie sobre el Narco que Tienen que Ver
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Somos es una nueva serie de Netflix que retrata el azote del narcotráfico desde la perspectiva de las víctimas

La violencia en México producida por el narcotráfico es uno de los temas más importantes con los que debe lidiar el país. Pero fuera de los horribles casos que estelarizan los noticieros todos los días, los desgarradores documentales que narran los estragos que los cárteles han dejado por todo el país, o incluso las series de narcos donde crean crestomatías sobre sus hazañas y enfrentamientos con la policía, la ficción mexicana no había tocado cómo es realmente vivir bajo el yugo de los grupos delictivos. Hasta ahora.

Somos

Basada en Hechos Reales

Somos es la nueva serie de Netflix que retrata el asesinato masivo de civiles en 2011 conocido como “La Masacre de Allende”, en donde el grupo delictivo Los Zetas e integrantes de la Policía Municipal tomaron las calles de Allende Coahuila, incendiaron 32 viviendas, 2 ranchos y asesinaron, según datos de dominio público, a más de 300 personas, aunque el Gobierno Federal solamente reconoció a 42 desaparecidos.

James Schamus, conocido productor y guionista que ha participado en proyectos que van desde Hulk (2003) hasta Crouching Tiger, Hidden Dragons, es el showrunner y creador de esta serie, la cual nació de haber leído el espeluznante reportaje de Ginger Thompson. “Leí la investigación ‘Anatomía de una Masacre’ de Ginger Thompson y dejó un duro impacto en mí. Quise entonces crear una serie de ficción que narrará la vida de las personas comunes antes de los eventos, quería abordar este tema de una forma más empática, diferente a los proyectos periodísticos”.

“Anatomía de una Masacre” de Ginger Thompson es un desgarrador recuento de los hechos ocurridos esa tarde, explicando también los detalles del operativo antidrogas orquestado por la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) que terminó por detonar la masacre cuando intentaron trabajar con el gobierno mexicano.

Schamus logra darle una vida y una perspectiva diferente a este duro suceso. Escogió mejor realizar una serie 100% de ficción y mezclar los testimonios, los testigos y sus características para poder adentrarse con una mirada empática, pero sumamente crítica a la vida de cada uno de sus personajes antes del atentado. Y uno de los más grandes logros de Somos es precisamente la precisión con la que retratan no sólo cómo se vive el narcotráfico en los pueblos fronterizos, sino también cómo es la vida general en el norte del país.

Somos

Las Nuevas Historias Costumbristas

Entre narcocorridos, tormentas de polvo, calles desoladas con pintorescas casas y bailes de quinceañeras, Somos construye una red inmensa de personas y experiencias. Está la severa pero piadosa Doña Chayo, que lidera un puesto ambulante de hotdogs y debe convertirse en una halcona con la esperanza de salvar a Paquito, su inútil pero tierno yerno que termina siendo usado como carne de cañón por los Zetas. Conocemos el burdel donde está secuestrada Flor María, una chica tomada por los cárteles en su intento de cruzar la frontera. Pero también está Armando, el hijo de uno de los grandes capos de la droga en el pueblo y cuyo único error es intentar hacer amigos en su escuela.  

La multiplicidad de historias, sus diferentes orígenes, ideologías y miedos crean un pequeño universo personal para cada uno de los protagonistas de Somos, pero la serie nunca sacrifica la coherencia y todos los arcos narrativos fluyen con soltura y naturalidad, pues dentro de todo lo que los aleja, los habitantes de Allende comparten un elemento en común: el silencio provocado por el miedo a la violencia.

El silencio como herramienta ominosa para maquetar la identidad de Allende no fue casualidad. Fernanda Melchor, reconocida escritora por su novela Temporada de Huracanes y quien funge como guionista y productora de Somos, nos contó que para ella era sumamente importante retratar esos matices. “Casi nunca se cuentan las historias de narcotráfico desde la perspectiva de las víctimas, y uno de los puntos más importantes que los testigos del caso repetían era que siempre tenían miedo de hablar. Tenían miedo de llamar a la policía, pero también tenían miedo de hablar en su día a día por el temor a las represalias”.

Somos

Por eso, aunque la serie sorprendentemente no muestra grandes explosiones ni mucha sangre, se mantiene una atmósfera pesada y sofocante, anunciando que cualquier paso que den nuestros protagonistas podría ser el último. Y cuando las fatalidades ocurren, el lente se aleja para mostrarnos una realidad dura y brutal, alejada del dramatismo de la ficción y que se asemejan a reportajes periodísticos o escenas de noticieros. Nosotros podemos empatizar y entenderlos gracias al poder de la narración ficticia, pero se aseguraron que las muertes y la presencia de los narcos reflejaran el horror, el silencio y la impunidad de la masacre real.

Esperando la inevitable contienda y entre el miedo y la violencia, Somos nos cuenta historias de esperanza, de superación, de amistad y amor. La serie se toma el tiempo enfatizar la vida y la personalidad de aquellos que mueren a manos de una guerra injusta y mal implementada. Se las arregla para contar la historia de dos niños que no saben si deben tener a su segundo bebé al vivir con tan pocos recursos y lo contrasta con la cuasi comedia romántica que viven otros jóvenes en una escuela rica.

Pero también tiene tiempo de mostrarnos el delicado proceso de un matrimonio desgastado y las lealtades que se forman entre las víctimas de la trata de personas. Esto es el resultado del equilibrio entre los artistas profesionales y los colaboradores amateur, quienes brindan un dinamismo diferente a la historia y ayudan a retratar con realismo la cotidianeidad de un pueblo en México, haciendo que los fatídicos finales de los personajes sean todavía más desgarradores.

Somos

Una Historia Necesaria

La escritora Monika Revilla (El Baile de los 41) nos dijo que esta visión tan empática del mundo de Allende y sus personajes vino de Schamus, quien incluso buscó darle una perspectiva de género a la serie. “El rol de la mujer es muy específico en este tipo de historias, por lo que Schamus quiso acercarse a las mujeres que vivieron el suceso y retratar el caso desde sus experiencias”.

Y es muy cierto, dentro de la intensa historia de Somos también se esconde una crítica muy dura sobre cómo es ser mujer y vivir el azote del narcotráfico. Doña Chayo es un gran ejemplo de la lucha incansable de una madre para proteger a su familia, al grado de tener que convertirse en parte activa del narco. Y la historia de Flor María y el burdel nos cuentan que en la sororidad se pueden encontrar pequeños espacios de libertad, pequeños momentos que nos ayudan a sobrevivir la crueldad de una guerra tan horrible.

La Masacre de Allende es sin duda un caso estremecedor y lamentable, pero desafortunadamente no es el único. Existe también el caso de los 43 desaparecidos y los disturbios de Atenco de 2006, el cual llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, Schamus decidió hacer el show sobre Allende porque “Es el caso en el que encontré más información. Pero no sólo eso, también tuve oportunidad de ver entrevistas que dieron los sobrevivientes de ese día, lo que me permitió entender mejor la historia y maquetar a los personajes”.

Somos es una serie atípica porque nos brinda una mirada objetiva y sin romantizaciones de la cruda violencia provocada por el narcotráfico en México. Es un recuento de todos los universos que se han perdido y que el gobierno no ha reconocido. Es un espejo de la realidad que todavía se vive en todo el país. Somos podría ser, el día de hoy, el testamento más importante que tenemos de la guerra contra el narco que inició el presidente Felipe Calderón y que nadie ha sabido detener.

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