Publicaciones Recientes

Crítica FICM | Pinocchio: ¿Qué ofrece de diferente Guillermo del Toro?

Guillermo del Toro se aleja por completo de la idea que tenemos de Pinocchio para ofrecer una historia sobre cuándo es correcto desobedecer
Crítica FICM | Pinocchio: ¿Qué ofrece de diferente Guillermo del Toro?
Compartir en WhatsappCompartir en Whatsapp
Guillermo del Toro se aleja por completo de la idea que tenemos de Pinocchio para ofrecer una historia sobre cuándo es correcto desobedecer

Pinocchio (Pinocho para quienes quieran mantener el nombre más reconocido) es una historia que se ha contado tantas veces que miles de personas pueden recitar las secuencias de memoria. Pero este tipo de cuentos clásicos alguna vez sorprendieron por su innovadora forma de contar dichas secuencias, por cómo los personajes conectaron con la audiencia, por los mensajes y moralejas que dejaron que fue permeando poco a poco el inconsciente colectivo. 

Toda nueva reinterpretación, entonces, debería aspirar a aceitar los engranajes que unen los hechos más conocidos de estos cuentos. Sí, Gepetto crea un muñeco que eventualmente cobra vida por la gracia de un hada madrina. ¿Por qué haría eso? sí, Pepe Grillo se convierte en el compás moral de Pinocho, ¿por qué llegó ahí y por qué querría eso? Sí, Pinocho vive un sin fin de contratiempos para convertirse en un niño de verdad. ¿Qué significa ser “un niño de verdad”? 

La nueva película de Guillermo del Toro, que ha estado planeando desde hace más de 10 años y que por fin llegará a la plataforma de Netflix el próximo 9 de diciembre, hace precisamente eso. Y el resultado es una reinterpretación oscura, sombría, a veces muy densa pero con un toque de esperanza que sin duda nos hará repensar todo lo que creíamos saber sobre el mito de Pinocchio. 

Pinocchio

¿Para qué sirve la libertad?

Del Toro mantuvo el aura de cuento de hadas en esta nueva versión, pero de inmediato nos hace chocar con la nueva figura de Gepetto (interpretado por David Bradley). Ya no es un noble abuelito que hace un muñeco que vive gracias al amor. Ahora, el muñeco es sólo una acción desesperada por recuperar a Carlo, su hijo que falleció víctima colateral de la Primera Guerra Mundial. 

Acercarse al trasfondo más oscuro del origen de Pinocchio no es lo que hace tan diferente la nueva historia de Guillermo del Toro. Cuando conocemos al muñeco, (que es interpretado por Gregory Mann), ya no sólo vemos a un niño que es tentado por una serie de sucesos hacia el mal. De hecho, esa será una comparación inevitable con el live-action que ofreció Disney hace unos meses. 

El muñeco aquí no es puesto a prueba como lo conocemos en la historia original, no es pícaro, no toma cerveza ni se convierte en burro. Pero, contrario a la versión de Robert Zemeckis, esta no es una historia sobre aceptar nuestras diferencias, es una historia sobre cuándo es correcto rebelarse, el peso de las expectativas y para qué sirve la libertad. 

Este nuevo Pinocchio no sólo tiene que lidiar con la sombra de Carlo, también tiene que enfrentarse a un sistema fascista en medio del apogeo de Benito Mussolini en Italia. Aquí, poco importa que el muñeco viviente tenga que cambiar para bien (y por eso, al igual que la versión de Disney, carece de un desarrollo claro), lo que importa es para qué puede servir, en qué se puede convertir y cómo sus diferencias pueden ser usadas a favor del sistema. 

Pinocchio

¿Desobedecer con Consciencia?

Eso es realmente lo que le interesa contar a Guillermo del Toro. En entrevistas, él siempre ha dicho que Pinocchio le parece una figura trágica, pero que realmente “no tiene que cambiar para probar que es un niño de verdad”. Y en el cuento que conocemos habitualmente, él se gana el derecho a ser de carne y hueso cuando aprende a obedecer los consejos de Gepetto y Pepe Grillo. Es una historia con moralejas simples: hay que portarse bien, no hay que decir mentiras, no hay que desobedecer los consejos de las personas mayores. 

Pero esta nueva versión se pregunta exactamente ¿cuál es el precio de obedecer ciegamente? El peso de la propaganda fascista que vemos a lo largo de la película, y en donde Pinocchio participa un momento es muy fuerte precisamente porque nos hace cuestionarnos el punto más básico de la historia clásica. Y al darle más agencia a los “espíritus” que le dieron vida al muñeco en primer lugar, incluso va más allá para que la audiencia se pregunte: ¿hasta qué punto es bueno o no romper las reglas? y ¿vale la pena pagar el precio de hacerlo? 

Estos cuestionamientos, aunque sumamente densos, en realidad son presentados a manera de fábula siguiendo la narración tradicional de Pinocchio. Y en este aspecto, ayuda mucho la voz de Ewan McGregor como Sebastian J. Grillo (El Pepe Grillo, que no nos quiten ese bonito nombre). Sin embargo, su problema más grande siempre es que está a punto de morir y no es más que el descanso cómico de la cinta. 

La animación es simplemente impecable y los diseños de los personajes también. Con una atmósfera nostálgica en tonos sepia que siempre evoca a la nostalgia. Y es que, en medio del frenesí combatiendo militares fascistas, monstruos marinos y cirqueros explotadores, realmente nunca pierde un aura de sueño y cuento de hadas. Además, se siente mucho más profunda la relación de Gepetto y Pinocchio, ya que en el centro de la película siempre está la idea de amor y reencuentro que se siente mucho más fuerte que en cualquier otra iteración. Y la película por momentos nos insinúa que la única y verdadera rebeldía válida es la que se hace por los seres queridos. Porque en tiempos de rechazo y divisiones irreconciliables, amar es un acto revolucionario. Y la única lucha válida es la que se hace en nombre de tus seres queridos.

Reconstruyendo una vieja fábula?

Tal vez eso haga sentir que las aventuras de Pinocchio son eventos inconexos que no tienen un impacto real en la cinta. Pero al final, Guillermo del Toro está más centrado en abogar por la desobediencia con consciencia, y en decirnos que al final del día, si el mundo va a morir, lo mejor que podemos hacer es rebelarnos para vivir en paz como mejor podamos hacerlo. Y en un mundo donde todo se ve desde extremos bien delimitados e irrompibles, esta historia ofrece un mensaje de esperanza que no solemos escuchar mucho.

Aunque se siente aparentemente sencilla, la nueva película de Pinocchio sin duda amerita que se vea más de una vez, y con una historia tan cálida y personajes entrañables, seguramente será un nuevo éxito para el cineasta tapatío.

Recomendados